A los 20 años entra como asistente en el mental. Tenía familiares que habían sido tratados por enfermedad mental; a los 16 años repartía pastelitos en el Psiquiátrico de St. Boi; y en el Instituti de Enseñanza Media había tenido un profesor de filosofía que les hacía seminarios y les dió a conocer el pensamiento de Freud, del cual se enamoró. Todo ello le despertó el deseo de conocer el mundo de la mente.También participaba activamente del mundo político, que con la lucha por la reforma psiquiátrica apoyada por los vecinos de Nou Barris y la humanidad que se respiraba dentro del Manicomio, le hizo más digerible todas las dificultades.
Cuenta anécdotas de las asambleas de pacientes.
El Mental le dió apertura y mucha formación a todos los niveles. El Dr. Clusa le enseñó que a pesar de estar en contra con ciertos acuerdos con las instituciones, lo más importante para él era acompañar dignamente a laxs paxientes en su traslado haciéndolo más llevader.
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